jueves, 12 de mayo de 2011

El amor de mi vida

"...una vez me quedé varada varios días en un pueblecito de la India sin nada que leer: aún lo recuerdo con gran desasosiego. En fin, no sé vivir sin ellos. Sin los libros. Soy como la conmovedora anciana en la portada de este libro. Es una foto de André Kertész del asilo de Beaune (Francia) en 1929; así que la viejecita es una asilada, está sola en el mundo, probablemente en­ferma, es pobre y se encuentra cercada por la muerte. Y, sin embargo, ¡qué invulnerable se la ve, protegida por el he­chizo de la lectura! Creo que, desde los cuatro años, todos los días he leído algo, siquiera un par de líneas. Los libros son la presencia más constante de mi existencia. Mi mayor apoyo. En muchos sentidos, el amor de mi vida."

Así justifica Rosa Montero su última novela, una recopilación de artículos aparecidos en "El País", periódico en el que escribe desde hace años y con el que forma ya un binomio inseparable para sus seguidores.


Los lectores "de autor" no son nunca los mejores críticos. Su juicio está empañado por la admiración, el respeto y los sentimientos que la lectura de sus novelas ha suscitado. Son parte y, por lo tanto, no pueden ser juez.
Algo, sin embargo, podemos decir de Rosa Montero. Podemos hablar de su mirada. Es una metáfora de su obra: directa, limpia, entendible, cercana, sentida. Así la leemos algunos desde hace tiempo.

Desde estas breves líneas, os invitamos a conocer su obra a través de la lectura de las primeras páginas que la autora ha colgado en Internet de ésta y de su anterior novela, "Lágrimas en la lluvia". 
Ahora que el curso va acercándose a su final, comienza el tiempo de ir pensando en las lecturas de verano, una época "para las bicicletas" y para los libros más amigos. Esta es una primera propuesta. Vendrán más.


Primeras páginas de 'El amor de mi vida'.





Lagrimas en la lluvia

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lunes, 9 de mayo de 2011

Un ensayo de Ernesto Sábato

Recordando a Sábato recientemente fallecido, os dejamos un ensayo que publicó tras la muerte de Einstein para que os sirva de reflexión personal a todos vosotros, en especial a los estudiantes de ciencias, con el deseo de que comprobéis que todo es RELATIVO.

Poderío e Impotencia de Einstein

sábado, 7 de mayo de 2011

Siglas

En esta presentación podrás comprobar el poder de las letras aisladas y la enorme construcción que realiza nuestro cerebro y nuestra experiencia social a la hora de asignar significados a los grafías. Esto, con un conjunto de letras. Imagina ahora el enorme esfuerzo continuado que realiza nuestra mente cuando leemos. Sin duda, un saludable entrenamiento para nuestras neuronas, una estrategia para mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro. ¡A leer!

domingo, 1 de mayo de 2011

Al otro lado del túnel


Con esta entrada queremos recordar a dos escritores que recientemente han fallecido. El primero fue un poeta chileno, se llamaba Gonzalo Rojas y murió el 25 de abril a los 93 años de edad y escribió versos tan vitales y valientes como estos:

Uno está aquí y no sabe que ya no está, dan ganas de reírse
de haber entrado en este juego delirante,
pero el espejo cruel te lo descifra un día
y palideces y haces como que no lo crees,
como que no lo escuchas, mi hermano, y es tu propio sollozo allá en el fondo.

Si eres mujer te pones la máscara más bella
para engañarte, si eres varón pones más duro
el esqueleto, pero por dentro es otra cosa,
y no hay nada, no hay nadie, sino tú mismo en esto:
así es que lo mejor es ver claro el peligro.

Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.

Gonzalo Rojas.
De ‘Contra la muerte’, 1964.

El segundo escritor que ha muerto en estos días, tenía 99 años, era argentino y se llamaba Ernesto Sábato.  Sábato sabía que se estaba muriendo, tenía 99 años estaba ciego , no podía leer, apenas salía de su casa y hablaba muy poco. A diferencia de Gonzalo Rojas, Sábato tenía una personalidad bastante depresiva;  Temía la muerte, pero él mismo dijo que había estado a punto del suicidio dos veces, y que solo el arte ( la literatura) había podido salvarle.  Quizás su obra más recordada sea El túnel
"Lástima que cuando uno empieza a aprender el oficio de vivir ya hay que morir" 

jueves, 28 de abril de 2011

Dos discursos

Ayer, 27 de abril de 2011, la escritora Ana María Matute vio reconocida su obra y dilatada labor como escritora con la concesión del Premio Cervantes. Es esta una buena oportunidad para conocer más sobre esta mujer entusiasmada por la literatura.

Os invitamos a escuchar su discurso, a descargároslo si queréis leerlo con calma y a conocer su "otro gran discurso", el de ingreso en 1998 en la Real Academia de la Lengua


Para saber más

sábado, 23 de abril de 2011

La emperatriz de los etéreos

"La emperatriz de los etéreos", es un buen libro de aventuras y fantasía de Laura Gallego García. Trata de una chica, que vive en un mundo helado, inerte, donde el mundo está sumido en un constante invierno que nunca acaba. Esto se debe, al dominio de La Emperatriz de los Etéreos, que tiene ese efecto sobre la tierra. Bipa, tendrá que realizar grandes proezas, esquivar grandes obstáculos, sobrevivir en su camino para poder llegar al palacio de la emperatriz, para poder salvar a su amigo Aer, que quiere convertirse en un etéreo. En su aventura, se encontrará con personas muy diversas, que la intentarán ayudar, o al contrario. En el último momento, en el que Aer estaría a punto de convertirse en un etéreo (invisible), le salvará, y conseguirá que en su mundo, vuelva a brillar el sol. Si deseas saberlo todo sobre esta apasionante aventura, visita esta página: ·La Emperatriz de los etéreos (página oficial).
El Curioso

sábado, 2 de abril de 2011

Saber decir

Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, ha publicado en El País un interesante artículo relacionado con la lectura que consideramos puede seros de interés,. Por eso lo reproducimos aquí, instándoos a consultar la fuente original.

"Me lo sé, pero no lo sé decir" es una de esas angustiosas expresiones, a medio camino entre la coartada y la sinceridad, que se oye decenas de veces en la escuela. Ante la pregunta elemental cuya respuesta el alumno debería conocer, o al menos eso se supone, responde con esta ancestral muletilla, con la que pretende defenderse de cualquier sospecha de ignorancia. Pero la situación no mejora con eso, porque no saber la lección será malo, pero no saber hablar -o escribir- es mucho peor. La pobre libertad de expresión, tan amenazada ya en los regímenes autoritarios por la malsana tendencia a cerrar medios de comunicación o encarcelar sospechosos, y en los países democráticos, por el peso inmisericorde de lo políticamente correcto, tiene en la incapacidad de expresarse el peor enemigo. El hombre -venía a decir Aristóteles- es un animal social, porque cuenta con un tesoro precioso, la palabra, que le permite deliberar con las demás personas sobre lo justo y lo injusto, sobre lo bueno y lo conveniente. Y esta es la buena vida social, la de aquellos que dialogan sobre sus deseos, sus preferencias, sus valores y tratan de decidir conjuntamente qué les parece mejor. 

Pero ¿cómo puede llevarse adelante este proyecto de vida en común sin, entre otras cosas, saber decir? Podría parecer que en esta nuestra "sociedad de la información" la infinita cantidad de cauces decomunicación, el número apabullante de redes que conectan entre sí todos los lugares de la tierra, nos hasalvado de las limitaciones comunicativas de otros tiempos. Los chats, los blogs, la televisión y la radio interactivas, las TIC que pueblan las aulas escolares y universitarias, por supuesto los correos electrónicos y los teléfonos móviles con su inabarcable cantidad de prestaciones y, por último, pero no en último lugar, el Power Point son medios tan poderosos para conectar a las gentes que la incomunicación entre los seres humanos debería dormir ya el sueño de los injustos. 

Pero ¿es realmente así?, ¿nos comunicamos mejor por eso? No parece. Y tal vez en el fondo de ese fracaso se encuentre, entre otras muchas causas, ese no saber decir, ese descuido del lenguaje, que es un mal endémico.Si atendemos al vocabulario habitualmente usado no solo en la calle, sino en los medios de comunicación y entre los personajes públicos, al Diccionario de la Real Academia Española le sobran miles de términos. Conunos cuantos intentamos arreglárnoslas para expresar tal cantidad de contenidos que el fracaso está asegurado y el intento naufraga en un lenguaje paupérrimo. Caso emblemático es el del verbo "realizar", que lo mismo pretende servir para un roto que para un descosido. 

Como decía hace poco un amigo, acabaremos "realizando" tortillas. No ayuda mucho en este menester el lenguaje de los SMS, tejido de peculiares abreviaturas y "emoticonos", ni la celeridad febril con la que suelen escribirse los mensajes electrónicos. Se redactan a toda prisa, con la misma prisa se envían, y si por casualidad al remitente se le ocurre repasarlos después de haberlos mandado, se le hiela la sangre en las venas ante la cantidad de faltas cometidas, si es que tiene un mínimo desensibilidad ante el asesinato de la lengua. Y no son solo gentes de escasa formación cultural las que llenan defaltas los correos, sino profesores de solera, personas supuestamente cultivadas, alumnos brillantes.Encontrarse con un inadecuado "de que" en el lenguaje oral y escrito, topar con un rotundo "a grosso modo", y enterarse de que la misa fue "de corpore insepulto" son cosas corrientes en la vida cotidiana. 

Claro que con la que está cayendo en materia laboral y económica este descuido del lenguaje parece unanimiedad. En nuestro país es urgente esa reforma estructural de fondo que genere empleo, cuide la sanidad y la educación antes de que sea demasiado tarde, que ya lo va siendo, permita atender a los dependientes, cree riqueza material e inmaterial, tenga en cuenta a los países incapaces de salir de la pobreza por sí solos. Pero lo cortés no quita lo valiente, no se trata de optar ante un dilema, sino de construir una sociedad capaz de cuidar de todos sus bienes con esmero, con delicadeza, con responsabilidad. Saber hablar, saber escribir, saber decir son capacidades básicas. Quienes cuentan con ellas tienen un poder del que carecen los que no saben expresar lo que llevan dentro.

Pero para cultivar esas capacidades es indispensable la formación que viene de la lectura habitual y atenta de buenos libros, viene de una escuela convencida de que se hace un flaco servicio a los alumnos cuando no se les ayuda a cuidar el lenguaje, a saber comprender, exponer, redactar, porque más libres serán de comunicar loque piensan los que manejan el discurso con soltura. Los informes sobre la calidad de nuestra educación nosponen una nota pésima y, por desgracia, no sin razón. Y es que sin duda es malo para una sociedad quemar libros, pero no es mucho mejor no leer los que están en la calle ni es mucho mejor destrozar el lenguaje.